Es un secreto a voces que el Partido Morena se rodeó rémoras, la creación de partidos políticos ligados directamente al servicio de la #4taTransformación proliferaron en toda la República en el pasado proceso electoral

, en búsqueda de menguar la fuerza opositora.
Esta estrategia no se reservó ningún derecho de admisión y como una empresa residual, los nuevos partidos reciclaban a la Mafia del Poder ya purificados por la mano piadosa de Andrés Manuel López Obrador.
Uno de estos partidos satélites fue Redes Sociales Progresistas, encabezados desde la obscuridad por la maestra Elba Esther Gordillo y que en #Chiapas puso a una de sus sanguijuelas favoritas a dirigir a las #RSP, Ricardo Aguilar Gordillo, un experimentado mapache electoral.
El objetivo era clave, dividir a la oposición, la “maestra” sabe de eso, pero Aguilar Gordillo traía su propio negocio escondido defraudando a ciudadanos con una legítima aspiración política y que creyeron en él, tras un discurso de estar aliados con MORENA y con la #4T.
A través de Alfredo Ramírez Guzmán, Presidente Estatal de Redes Sociales Progresistas en Chiapas, enganchaban a los aspirantes, primero con reuniones privadas y luego con la presencia de Ricardo Aguilar Gordillo, que en la seguridad de una ubicada en Residencial La Hacienda, en Tuxtla Gutiérrez, los líderes convencían a sus víctimas asignándoles primeramente una representación del partido en algún Distrito Electoral y luego solicitándoles apoyos económicos para “asegurar” una candidatura.
Los recursos oscilaban entre 50 mil a 100 mil pesos mensuales, según el puesto de elección que pretendían las obtener, además de 140 mil pesos para la capacitación electoral de los representantes, esta última aportación era forzosa, repito, para asegurar los espacios de candidatura.
Muchas de estas “aportaciones” eran en efectivo, pero otras tantas veces Ricardo Aguilar utilizaba una cuenta de BANAMEX, a nombre de Alfredo Ramírez, para que se realizaran depósitos y transferencias, con número 5204167361855596.
Sin embargo, la pareja Aguilar – Ramírez solo se dedicó a estafar y todo ese dinero no llegó a su destino electoral, pues las candidaturas se distribuyeron entre los “favoritos” del maestro Ricardo, como cariñosos regalos, y no a los que realizaron trabajo partidario y las aportaciones.
La impunidad en la que se maneja Ricardo Aguilar Gordillo y Alfredo Ramírez Guzmán le permiten seguir utilizando las siglas de RSP para continuar defraudando a aspirantes y sin el más mínimo grado de vergüenza se quedan con las “aportaciones”, como si se trataran de comerciantes electorales, pero las pruebas son muchas, entre depósitos electrónicos hasta videos y audios de sus promesas incumplidas, que saldrán a la luz luego de los procesos judiciales que emprenderán los afectados.